domingo, 9 de noviembre de 2014

Velo, arena y profundidad...

Burbujaass, burbujaass y más burbujaass de ideas llegaron con el otoño. La vida en Madrid es desde estresante hasta maravillosa. Un cúmulo de sentimientos que se mezclan y evolucionan creando una explosión de sueños.

No hay mucho tiempo para dedicar a lo que llamamos "tiempo libre", pero siempre apetece sentarse delante del ordenador, abrir el blog y ver cómo las visitas se multiplican y cómo "poco a poco" se forma una idea de futuro.


Este post es la idea de profundidad, de felicidad, de creación y de sueños que hacen que, día a día, todas las personas que pretenden perseguir los suyos se esfuercen por llegar al final.



Y cuando llega ese final...  ¿qué? ¿Quedaremos satisfechos? o, por el contrario, ¿tendremos sed de más? Yo espero no tener un final, el cambio es satisfactorio. Cuando un sueño se consigue, comienza el camino hacia otro, y otro y otro y otro. Así, todo ello, con el fin de conseguir la "felicidad".

Pero, la "felicidad"... tiene gracia la palabra. Buscamos perseguir cierta sensación cuando en realidad sabemos que somos felices; muchos, muy felices. Lo que en realidad perseguimos es una vida estable, una vida en la que el trabajo no se considere trabajo, sino unas horas de risas, de entretenimiento y de alegría. Buscamos que no falte comida en la despensa, calefacción en casa, dinero en la cuenta del banco, ni libros en nuestros escritorios, eso sería señal para los jóvenes, que seguimos estudiando, que seguimos formándonos para lo que nos espera, el futuro. Un futuro que no apuesta por ser prometedor por la muy sonada crisis. Pero, ¿deberíamos ser pesimistas? 
Pues... Esto tiene una profundidad enorme con diferentes niveles. Al principio está la crisis y lo negativo, y con ello, el pesimismo.
Más adelante, los nervios. Esos nervios por haber acabado los estudios y no saber qué hacer con tu vida, si seguir estudiando o buscar lo que llaman "trabajo", algo difícil de encontrar pero no imposible.
Los siguientes niveles están llenos de miedo. ¿Miedo? Sí, miedo. Miedo por perder el trabajo, miedo por no llegar a fin de mes, en fin... miedo.
Sigue habiendo muchos niveles, niveles más buenos, niveles más malos, niveles mejores, niveles peores. Una cantidad infinita de niveles. 

Pero, ¿cuándo llega lo más fácil? ¿Cuándo llega lo positivo, la buena vida, la estabilidad económica, la seguridad, el cese de lucha? Pues bien, la lucha acaba cuando somos conscientes de que no existimos en el mundo por arte de magia, que hay muchas personas en peores condiciones que nosotros y que la ayuda común es un bien común. Que una persona sola no recorre mundo si no es porque otras personas la han aconsejado, la han educado o la han... qué más decir... la han ayudado.

Todo lo que nos hace felices hay que multiplicarlo. El compartir puede hacer crecer a todos, que no todas las personas siguen el lema "o pisas, o te pisan". Y los sueños están ahí, esperando a cada persona que los busca, brillando más conforme nos acercamos...

Y para terminar... agradecer a todas las personas que he conocido, antes o después, que han hecho que pare un tiempo en el camino hacia mis sueños, para volver a continuar con el pensamiento de que "cada segundo cuenta" y hay que aprovechar al máximo el tiempo que vivimos, compartiéndolo con las personas que más lo necesitan y, sin olvidarnos de que, los sueños nos esperan. 




(En uno de mis descuidos, sonrisa natural) Gracias Edu, un gran día.



"Cada segundo cuenta"
Burbujaass



Fotografía: Eduardo Manuel García Coleto
Lugar especial: El Arenal